Recuerdo que de niño veraneaba en San Sebastián con la familia, allí fue donde tras una verja conocí una majestuosa criatura,
aquel enorme y noble animal era sin duda el Gran Apolo de las razas caninas: Lo llamaban “Lagun”, que en euskera significa
“amigo”. Sobre ese recuerdo Laura y yo (Javier) hemos reconstruido un sueño que vivimos cada día junto a nuestros dogos, y que
a través de esta página web hemos querido compartir con todos vosotros.
Agradecemos desde aquí el esfuerzo del Cedda y de todos los criadores responsables, sin los cuales particulares como nosotros no
podriamos disfrutar de estos magníficos ejemplares.
Por último queremos hacer una especial mención a Ángel y Fina, propietarios del afijo Can Durán, a los cuales agradecemos su
confianza y amistad, y os remitimos desde esta web como referentes en la cría del dogo alemán.